lunes, 16 de febrero de 2009

Quiche Lorraine



200 g de harina
100 g manteca
1/2 cdita. de sal
5 cdas. de agua


200 de jamón cocido en rodajas
3 huevos
250 cc de crema de leche
pizca de pimienta blanca
125 g de queso Emmental rallado



Untar con mantequilla un molde desmontable de 26 cm de diámetro.
Tamizar la harina sobre la mesada, repartir por encima la manteca en copos y esparcir por encima la sal.
Hacer un hoyo en el centro, echar el agua en él y amasar con rapidez todos los ingredientes hasta obtener una masa quebrada. Reposar envuelta en papel film o aluminio durante dos horas en la heladera.
Extender la masa sobre una superficie enharinada hasta un grosor de 4 mm y forrar el fondo y bordes del molde.
Pinchar la masa varias veces con un tenedor.
Cubrir el fondo de la masa con el jamón cocido. Batir los huevos con la crema de leche y la pimienta. Incorporar el queso rallado. Verter sobre el jamón y alisar.
Cocer 30 minutos a 200º. Dejar enfríar unos minutos en el molde, ponerla luego sobre una bandeja y cortarla aún caliente.
La quiche se toma con vino blanco seco.


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Pan de nueces y plátanos



150 de manteca o margarina
160 g de azúcar morena
3 huevos
3-4 plátanos
350 g de harina de trigo integral
3 cditas. de polvo de hornear
1/4 cdita. de sal
100 g de nueces picadas
125 cc de leche


Untar con margarina un molde alargado de 30 cm de longitud. Calentar el horno a 170º.
Batir la margarina hasta que esté espumosa y añadir poco a poco el azúcar y los huevos.
Aplastar los plátanos con un tenedor y agregarlos a la mezcla anterior.
Agregarle luego, la harina, el polvo de hornear, sal y nueces alternando con la leche.
Introducir la masa en el molde y cocer durante 50 minutos.
Volcar sobre rejilla y enfríar.


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Pan de Graham



400 g harina
400 g de harina integral de trigo
40 g de levadura fresca
500 cc de leche templada
1 cdita. de sal
125 cc de aceite

Mezclar las harinas, hacer un hoyo en el centro y desmenuzar la levadura y amasar junto con la mitad de la leche. Espolvorear la masa previa con harina y fermentar tapada durante 15 minutos hasta que muestre grietas grandes.
Agregar el resto de la leche, la sal y el aceite a la masa previa y amasar todo con el resto de la harina hasta conseguir una masa lisa.
Trabajar bien hasta que la masa haga burbujas y dejarla fermentar por otros 15 minutos.
En superficie enharinada formar con ella una barra. Espolvorear una bandeja de horno con harina, colocar encima el pan y dejarlo fermentar tapado otros 20 minutos.
Espolvorear el pan con harina a cocerlo 40-45 minutos a 200º.


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Pastel real



50 g de corteza de limón confitada
100 g de almendras peladas
200 g de pasas de uva
250 g manteca
200 g de azúcar
4 huevos
300 g de harina
100 g de fécula
3 cditas. de polvo de hornear
4 cdas. de ron


Picar la corteza de limón y las almendras.
Rebozar las pasas de uva en un poco de harina.
Batir la manteca con el azúcar hasta lograr una mezcla espumosa y agregar uno a uno los huevos. Agregar harina y fécula tamizadas y la levadura y mezclar con la masa.
Incorporar el ron, la corteza de limón, las almendras y las pasas.
Echar la masa en un molde enmantecado y cocer el pastel durante 75 minutos a 190º. (hacer la prueba de palillo para ver si está cocido unos minutos antes)
Hacia el final de la cocción tapar si es preciso con papel aluminio para que no se tueste demasiado por arriba.
Volcar sobre una rejilla y dejar enfríar.


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Pastel de frutas


300 g harina
1 pizca de sal
30 g de levadura fresca
125 cc leche templada
80 g de margarina
50 g de azúcar
4 huevos
400 g de frutas confitadas en trocitos


Tamizar la harina en una fuente junto a la sal, hacer un hoyo en el centro, echar la levadura desmenuzada y mezclarla con la leche y un poco de harina hasta obtener una masa previa. Dejar fermentar 15 minutos.
Batir la margarina con el azúcar y los huevos hasta obtener una mezcla espumosa, añadirla a la masa previa y batir todo junto con el total de la harina hasta que la masa suelte burbujas. Dejar fermentar 15 minutos.
Incorporar las frutas confitadas. Meter la masa en un molde enmantecado y fermentar por otros 15 minutos.
Horno 180-200º durante 30-35 minutos.

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Tarta de puerro


Masa:
200 g harina
1 pizca de sal
100 g de manteca
1 huevo


Relleno:
500 g puerros
200 g panceta
2 cdas. aceite,
sal, pimienta negra
300 g de jamón en rodajas


2 huevos
1/4 litro de crema de leche
sal c/n


Amasar la harina con la sal, el huevo y la manteca. Dejar reposar una hora en la heladera.
Cortar la panceta en trocitos y dorarla en aceite, añadir los puerros cortados en rodajas finas, condimentar con sal y pimienta y freír durante 10 minutos.
Extender la masa y forrar un molde desmontable. Pincharla varias veces. Cubrirla con el jamón en rodajas y extender encima el relleno de puerro.
Batir los huevos con la crema de leche, sal y pimienta y verter sobre el relleno.
Horno a 200º durante 40-45 minutos.

sábado, 31 de enero de 2009

Como hacer un pan

La elaboración de un pan, en este caso de un pan casero, rústico, es una de las experiencias más maravillosas que podamos experimentar. Simplemente con harina, agua y levadura, y eventualmente con el agregado y enriquecimiento de leche, huevos, manteca, etc, se puede obtener en casa un pan artesanal nutritivo y muy delicioso. Lo primero que debemos hacer es tamizar bien la harina que vamos a utilizar y combinarla con la sal y eventualmente con una cucharadita de azúcar si así lo ameritare. Se sugiere el uso de harinas de fuerza con mayor porcentaje de contenido proteico(12-13%) para que el gluten se desarrolle elásticamente en forma satisfactoria y obtener así un producto de calidad. Con harinas débiles (menos del 10% de contenido proteico) conviene agregar un poco de gluten (a razón de 20 g de gluten por un kilogramo de harina) para que la misma adquiera mayor fuerza proteica, lo que afectará positivamente la elaboración del pan. Volcamos la harina en la mesada y hacemos una corona formando en el medio un hoyo u hoyuelo. En éste agregamos la levadura de la forma que hayamos pensado trabajarla previamente. Luego comenzamos a incorporar de a poco, en forma medida, los líquidos, sea agua o leche, que siempre deben estar con una temperatura tibia. Con las manos empezamos a arrimar harina de los bordes de la corona y la vamos uniendo con la levadura en fermento previo y los líquidos. Continuamos incorporando en forma alternada líquidos con más harina hasta que vamos viendo que la masa comienza a tomar forma, es decir podemos percibir que se ha unido lo suficiente (no todavía del todo) para dejar espacio y agregar los elementos grasos si la receta lo requiriera. Por ello siempre es conveniente poner los líquidos de a poco, reservarlos, para que luego de la inclusión de las materias grasas, ver si la masa necesita o no más agua. Reitero: una vez que hemos hidratado medianamente bien los elementos secos, recién ahora (punto clave y a tomar en cuenta) vamos incorporando la materia grasa, como manteca a punto pomada, aceite, huevos, etc. De lo contrario la grasa cubrirá las proteínas y evitará que el gluten se forme tan fácilmente como debe. Solo la mano nos indicará el estado de la textura de la masa. Si introducimos los dedos y ésta opone mucha resistencia, está deshidratada y será necesario poner más agua. Si no opone nada de resistencia y los dedos penetran con mucha facilidad, nos hemos excedido de pronto de agua y convendrá entonces agregar más harina hasta encontrar la textura adecuada. No obstante, hay un secretito que no podemos perder de vista: siempre es mejor que falte harina y no agua. En el caso que la textura sea seca y falte agua, la vamos incorporando de a poco sobre la masa introduciéndola bien con la penetración de nuestros dedos en forma firme hasta alcanzar el estado de hidratación debido y necesario. Lograda la textura que deseamos y antes del amasado propiamente dicho, la dejamos descansar alrededor de 15-20 minutos tapada con un paño o con un film. Este es otro aspecto clave: nos permitirá que la harina por ese espacio se hidrate lo suficiente para que el amasado posterior sea más maleable, fácil y exitoso. Luego, de pasado ese tiempo comenzamos el amasado, que tiene como objetivo desarrollar bien el gluten (la proteína de la harina) que permitirá que la masa adquiera elasticidad, esponjosidad y buena estructura. El gluten se desarrolla con un buen amasado, buena hidratación y debido tiempo de descanso de la masa. El amasado puede llevar entre diez y quince minutos. No conviene excederlo porque la masa se podría oxidar con consecuencias negativas para el producto final. Con las dos manos sobre la masa comenzamos los movimientos típicos o tradicionales del amasado que en esta etapa deben ser vigorosos y firmes para que la masa vaya adquiriendo consistencia. Se puede ir rasgando la masa sujetando una parte con la mano izquierda y con la derecha rasgarla hacia adelante con movimientos rápidos y firmes, traerla nuevamente hacia nosotros y volverlo a hacer; con 10-15 veces es suficiente y seguimos amasando en forma circular. Mi método (luego del rasgado) es colocar la masa frente a mí, y amasar hacia un costado (en ángulo aproximado de 45 o 50), traer la masa hacia el medio y llevarla hacia el otro costado también en ángulo, nuevamente al medio y así sucesivamente de un lado para otro durante varios minutos. A partir de estos momentos tenemos dos posibilidades, podemos usar una u otra o las dos ya que dan muy buenos resultados y ayudan a mejorar la textura de la masa, para que se vaya alisando lo suficiente (sin vista de grumos) y alcance la consistencia adecuada = lisa, sedosa, satinada, blanda y tierna. Tomamos la masa y la vamos golpeando con fuerza sobre la mesada de 25 a 50 veces o también (este método casi siempre lo uso) cortamos la masa en tres o cuatro partes y cada una de ellas a su vez en dos o tres más y volvemos a unir nuevamente con un buen amasado. Podemos repetir estos cortes dos veces. Notaremos enseguida como ya el gluten y la levadura han empezado a hacer efectos; la vamos a ver aireada y burbujeante con agujeros medianamente grandes, que nos van indicando que vamos por buen camino. Hagan la prueba y de verdad que se asombrarán. Le damos forma de bollo, la colocamos en un recipiente aceitado o enharinado, la tapamos con un paño húmedo o film (esto evita que se forme una piel fina en su superficie, lo cual no sólo estropea la textura final del pan, sino también que inhibe el levantamiento) y la dejamos en un lugar templado hasta que doble su volumen, iniciándose así el proceso de la primera fermentación. Otro secretito que no falla: Una señora hace años lo proporcionó a nuestra familia y siempre lo aplicamos con éxito. Hagan la experiencia, si desean. Antes de colocarla en un recipiente para que fermente, tomamos un pedacito de la masa, pequeño nada más y con las dos manos le damos forma de una pelotita o bolita, la colocamos en un vaso mediano lleno de agua del grifo (no hasta el borde, dejar más o menos 2 centímetros y medio de espacio sin agua) y esperamos hasta que flote en la superficie. Cuando la vemos que está flotando bien arriba, la fermentación alcanzó su punto óptimo y está pronta la masa para desgasificarla, darle forma final, nuevo fermento y cocción. Realmente es una grata sorpresa ver la pelotita o bolita flotando, observar la masa y comprobar de acuerdo a nuestra experiencia que realmente, sí, ya está pronta y alcanzó la fermentación debida y necesaria.

(*) Sucede lo siguiente:

"La masa al fermentarse se esponja y aumenta de tamaño con la misma cantidad de materia, así la densidad disminuye y gana en flotabilidad, para no sobre fermentar la masa; ese sería el punto exacto."

Hace semanas hice varias veces pan y el tiempo estaba muy caluroso, alrededor de 30-34º. En menos de media hora, la bolita había flotado. Ayer, antes de escribir este artículo, descendió la temperatura en 10 grados, las condiciones de humedad y otras cambiaron, hice la misma receta de pan y la bolita tardó una hora y media en subir y flotar. Observaba la masa y tardaba en hincharse y recién pasado ese tiempo prolongado, se dieron las condiciones perfectas de adecuada fermentación; la bolita flotando en la superficie del agua señaló el momento justo y preciso. Prueben este tip que verdaderamente no falla. Una vez fermentada la masa, procedemos a desgasificarla. Si queremos una miga bien cerrada la desgasificamos mucho; de lo contrario, si deseamos una miga más abierta, más bien, poco. Igualmente podemos amasarla nuevamente por unos instantes pero en forma delicada (no vigorosamente como en la primera etapa) y le damos la forma final, que puede ser de bollo, colocarla en un molde enmantecado y enharinado o en forma de pan aplanado, teniendo siempre en cuenta en estos casos que la costura debe quedar bien para abajo. Hacemos la segunda fermentación hasta que doble su volumen, siempre cubierta con un paño y en lugar templado. Para el momento de la cocción el horno ya tiene que estar pre-calentado a una temperatura de alrededor de 200-220º. Minutos antes, con un cuchillo bien filoso y mojado hacemos cortes en cruz o en diagonal o como nos guste, con incisiones delicadas que no superen el centímetro de profundidad; de esta forma ayudaremos a la expansión del pan durante la cocción. Introducimos el pan en el horno conjuntamente con un recipiente con agua caliente para que haya humedad; el vapor evita que la corteza se forme demasiado temprano, que de ser así, impediría que el pan se levantara a su capacidad máxima en el horno. Por alrededor de 10 minutos dejamos el pan a una temperatura de 200-220º para que adquiera forma y luego la bajamos a 180º hasta el final de su cocción que puede tardar alrededor de 25-30 minutos. Abrir inmediatamente el horno sin apagarlo o reducir un poco su temperatura y dejar el pan durante 5—7' más para que se cocine bien en el medio evitando que quede crudo. El pan está listo cuando lo golpeamos con los nudillos de los dedos en la base y suena a hueco. Lo retiramos y lo colocamos sobre una rejilla para que se airee correctamente. Espero y deseo que lo expresado anteriormente, les pueda servir de utilidad para que puedan realizar en vuestra casa un pan bien casero y muy sabroso.

Presentación y un poco de historia

Hola, con mucha alegría me presento antes ustedes: Mi nombre es Gustavo, soy de Montevideo, Uruguay y la idea de hacer este blog, surgió des...